La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurológico de compleja patogenia, a veces hereditaria, que provoca la muerte de las células nerviosas del cerebro. Por lo general, los primeros síntomas pueden relacionarse con la vejez o el olvido común, pero con el paso del tiempo se van deteriorando las capacidades cognitivas, entre ellas, la capacidad para tomar decisiones y llevar a cabo las tareas cotidianas, así como el olvido de familiares, amigos, seres queridos... También pueden surgir modificaciones de la personalidad y conductas problemáticas, llegando a presentarse reacciones violentas. Por último, en sus etapas avanzadas, se deteriora la musculatura y la movilidad, hasta la demencia y finalmente a la muerte.
Las alteraciones neuropsicológicas en la enfermedad de Alzheimer son, entonces:- Memoria: deterioro en la memoria reciente, remota, inmediata, verbal, visual, episódica y semántica.
- Afasia: deterioro en funciones de comprensión, denominación, fluencia y lectoescritura.
- Apraxia: tipo constructiva, apraxia del vestirse, ideomotora e ideacional.
- Agnosia: alteración perceptiva y espacial.
Este perfil neuropsicológico recibe el nombre de Triple A o Triada afasia-apraxia-agnosia.
Una vez iniciados los primeros síntomas de la enfermedad, su curso varía considerablemente desde unos pocos años hasta más de 20 años, con una supervivencia de alrededor 8 años. Esta enfermedad afecta al 10-15% de las personas mayores de 65 años y hasta el 47% de las personas mayores de 80 años.
El Alzheimer pasa por tres etapas:
- La etapa inicial: la sintomatología es leve, el enfermo tiene un alto grado de autonomía y dependencia, solo necesitando cierta vigilancia ante actividades complejas.
- La etapa intermedia: la sintomatología aumenta considerablemente, el enfermo presenta síntomas de gravedad moderada, requiriendo ayuda por parte del cuidador para realizar las actividades de la vida cotidiana.
- La etapa terminal: es el estado avanzado y terminal de la enfermedad, el enfermo es completamente dependiente.
Cerebro ante alzheimer grave, sacada de: https://www.nia.nih.gov/espanol/hoja-informativa-sobre-enfermedad-alzheimer
Los científicos continúan investigando para comprender los cambios que se producen en el cerebro durante la enfermedad de Alzheimer. Se cree que los cambios en el cerebro pueden llegar a comenzar hasta una década antes de que aparezcan los primeros síntomas. En esta etapa tan temprana se están produciendo cambios tóxicos en el cerebro, incluso agrupaciones anormales de proteínas. Las neuronas sanas dejan de funcionar y son incapaces de realizar conexiones con otras neuronas, hasta terminar muriendo.
Dos estructuras anormales que se producen en esta enfermedad y que son sospechosas de dañar y matar las células nerviosas son:
- Las placas son depósitos de un fragmento de proteína llamado beta-amiloide que se acumula en los espacios entre las células nerviosas.
- Los ovillos son fibras retorcidas de otra proteína llamada tau, que se acumula dentro de las células.
Las autopsias muestran que la mayoría de las personas desarrolla algunas placas y ovillos con la edad, pero las personas que padecen Alzheimer tienden a desarrollar muchos más y con un patrón predecible.
Parece que el daño inicialmente ocurre en el hipocampo y la corteza entorrinal, partes del cerebro esenciales para formar recuerdos. A medida que mueren más neuronas, otras partes del cerebro resultan afectadas y comienzan a encogerse. En la etapa final el daño es extenso y el tejido cerebral se ha reducido enormemente.
Neuronas en la enfermedad de Alzheimer, sacada de: http://thnm.adam.com/content.aspx?productid=618&pid=5&gid=004023
Los médicos utilizan varios métodos para detectar la enfermedad de Alzheimer en una persona:
- Hacer preguntas a la persona, a familiares o amigos sobre la salud general, la dieta, los problemas médicos anteriores, el consumo de medicamentos, la capacidad de realización de las actividades de la vida cotidiana, los cambios en el comportamiento y la personalidad...
- Realizar pruebas de memoria.
- Realizar exámenes médicos para identificar otras posibles causas del problema.
- Realizar escaneos cerebrales, como tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) o tomografía de emisión de positrones (TEP), para respaldar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer o descartar otras posibles causas de los síntomas.
Estas pruebas pueden ser repetidas por los médicos para proporcionar información sobre si la memoria y otras funciones cognitivas del paciente cambien con el tiempo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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