Tanto la ansiedad como el estrés, dos conceptos similares pero no idénticos, conllevan una variedad de cambios fisiológicos en el organismo que, a largo plazo pueden ser perjudiciales para el ser humano. Ambas se van a manifestar en nuestro organismo a través de una respuesta motora, una conductual, una autonómica y una endocrina.
1. RESPUESTA MOTORA
La respuesta motora puede seguir la vía talámica directa o indirecta. Normalmente la respuesta es de lucha o de huida, pero si las dos vías no se sincronizan puede dar lugar a respuestas menos eficientes, como quedarse congelado o paralizado en una situación de peligro.
2. RESPUESTA CONDUCTUAL
En cuanto a la respuesta conductual, el troncoencéfalo, en concreto el locus coeruleus, va a liberar noradrenalina que se va a movilizar por todo el encéfalo, activando todas las áreas y, en consecuencia, aumentando la situación de alerta.
3. RESPUESTA AUTONÓMICA
La respuesta autonómica se va a llevar a cabo mediante la activación del sistema nervioso simpático a nivel del tronco encéfalo. Va a existir una relación nerviosa simpática entre el troncoencéfalo y la médula suprarrenal (parte interna de la glándula suprarrenal, la cual está situada sobre los riñones) que hace que una vez activado el SNS se va a producir la liberación de adrenalina por esta glándula.
La adrenalina es una hormona (catecolamina) que, como en situaciones de estrés se necesita más energía para poder hacer frente al factor estresante, va a aumentar los niveles de glucosa en el organismo, y lo va a hacer de dos maneras:
- Indirectamente: inhibición de la secreción de insulina y estimulación de la secreción de glucagón, aumentando la concentración de glucosa en plasma.
- Directamente:
- Nivel hepático: aumenta la glucogenólisis (degradación de glucógeno) y la gluconeogénesis (síntesis de glucosa), e inhibe la síntesis de glucógeno (glucogénesis). Así aumentan la liberación de glucosa para que esta pueda ser utilizada por los tejidos corporales.
- Nivel muscular: movilizan en el músculo esquelético el ácido láctico, necesario en la producción hepática de glucosa (gluconeogénesis).
- Nivel adiposo: acción lipolítica (para obtener energía).
- Nivel cardíaco: en el miocardio, aumenta la frecuencia cardíaca (taquicardia), la tensión arterial y la fuerza de contracción del corazón (lo que provoca una percepción del latido cardíaco) y, en consecuencia, la frecuencia respiratoria. Esto permite que llegue más glucosa y oxígeno a los distintos tejidos del organismo.
4. RESPUESTA ENDOCRINA
En situaciones de estrés y ansiedad se activa el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal. Este eje comienza en el hipotálamo (tras recibir estímulos procedentes de la amígdala), glándula que va a liberar la hormona CRH o factor liberador de corticotropina. La CRH, a través del sistema porta-hipotálamo-hipofisario (una serie de vasos que comunica el hipotálamo con la hipótesis, en concreto con su lóbulo anterior, la adenohipófisis) llega a la adenohipófisis, la estimula y se produce un aumento de la secreción, por parte de esta glándula, de la ACTH o adrenocorticotropina. La ACTH a través del sistema circulatorio llegada a la corteza suprarrenal (parte externa de la glándula suprarrenal), la estimula y se produce un aumento de la liberación, por parte de esta otra glándula, de la hormona cortisol.
El cortisol es una hormona que tiene una secreción circadiana: durante las horas de sueño hay una menor secreción de cortisol y en las primeras horas de la mañana tiene lugar lo que se denomina pico de cortisol (ya que comienza nuestra actividad). Sin embargo, ésto va a depender de los ritmos de vida, lo que hace que no en todo el mundo se regule de la misma manera. Además, el cortisol tiene otras funciones involucradas en un mayor rendimiento energético del organismo:
Aumento de los niveles de glucosa en sangre (para aportar más energía a los diferentes tejidos del organismo):
Inhibe la secreción de insulina.
Nivel adiposo: aumenta la lipólisis global y la lipogénesis central (tendencia a acumular tejido graso en la zona abdominal).
Nivel hepático: aumenta la gluconeogénesis para aumentar la glucosa. Esto favorece la formación de depósitos de glucógeno.
Aumento de la ingesta de alimentos.
Reserva de calorías.
Incremento del umbral del dolor
Efecto antiinflamatorio.
Nivel de los vasos sanguíneos: aumenta el tono vascular.
No obstante, cuando el estrés es continuado, lo que se conoce como “intoxicación por cortisol”, los síntomas se intensifican y empeoran:
Caída del pelo: el pelo no es una estructura esencial en una situación de peligro, por lo que el cortisol inhibe la correcta recuperación del folículo piloso.
Aparición de arrugas y manchas, y cambio del color de la piel: el cortisol inhibe la recuperación de los fibroblastos de la piel.
Modificación de la microbiota. La microbiota intestinal abarca todos los microorganismos buenos y malos que permiten una buena absorción de nutrientes. El cortisol la modifica y la debilita (es decir, daña la permeabilidad intestinal), permitiendo la entrada a la sangre de sustancias tóxicas para el organismo. Esto da lugar a problemas intestinales (con síntomas como diarrea o dolor abdominal), además de generar gas e hinchazón a nivel abdominal.
Tensión muscular. En situación de estrés es importante tener una musculatura tensa (para poder salir corriendo, como cuando te persigue un león). Sin embargo, si el estrés es continuado, esta tensión muscular puede generar contracturas, dolor corporal y cansancio.
Problemas para dormir. Los niveles de cortisol disminuyen durante la noche, ya que es secretado en momentos de gran actividad y lucha, algo que no debería ocurrir en horas de sueño. Sin embargo, con ansiedad, el cuerpo no deja de segregar cortisol, aumentando la atención y dificultando la capacidad para quedarse dormido. Incluso si se consigue dormir, no se consigue descansar bien, ya que el cortisol impide que el cuerpo llegue a un estado de sueño profundo, lo que hace que te levantes agotado y estés cansado durante el día.
Alteración del funcionamiento de los estrógenos, de la progesterona y de la testosterona.
Modificación del sistema inmunológico. En condiciones normales funciona como antiinflamatorio, pero con estrés crónica provoca una ligera inflamación (causando gastritis, gastroenteritis, colon irritable, amigdalitis, dermatitis…).
A nivel psicológico provoca irritabilidad y tristeza en el peor de los casos.
Tanto el cortisol como la adrenalina son dos hormonas que causan la mayoría de los síntomas de la ansiedad. Una constancia de estos signos dan lugar a un cansancio general del cuerpo, fatiga, dolor de cabeza… Si la ansiedad persiste puede transformarse en una depresión y limitar la calidad de vida. Por ello es importante conocerse a uno mismo, conocer cual es la causa e intentar buscar una solución antes de que el problema se magnifique.
Por último, dejamos por aquí este vídeo donde, a partir del minuto 6:30, vienen muy bien explicadas las diferentes fases por las que pasa una persona con ansiedad y cómo está involucrado el cortisol en todos los síntomas tanto a nivel fisiológico como psicológico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Fiksdal A, Hanlin L, Kuras Y, Gianferante D, Chen X, Thoma MV, et al. Associations between symptoms of depression and anxiety and cortisol responses to and recovery from acute stress. Psychoneuroendocrinology [Internet]. 2019 [Consultado 1 Nov 2022];102:44–52. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6420396/
2. Pérez M. Dónde y cómo se produce la ansiedad: sus bases biológicas. Ciencia [Internet]. 2003 [Consultado 2 Nov 2022]; 54 (2). Disponible en: https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/54_2/como_produce_ansiedad.pdf
3. Cedilla B. GENERALIDADES DE LA NEUROBIOLOGÍA DE LA ANSIEDAD. REDIB [Internet]. 2017 [Consultado 2 Nov 2022]; 20(1). Disponible en: https://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol20num1/Vol20No1Art14.pdf
4. Adhikari. El hipocampo y la corteza cerebral cooperan durante la ansiedad [Internet]. Agencia SINC. 2010 [Consultado 2 Nov 2022]. Disponible en: https://www.agenciasinc.es/Noticias/El-hipocampo-y-la-corteza-cerebral-cooperan-durante-la-ansiedad
5. Herlyn S. Bases biológicas de la ansiedad. Parte I. UBA Psicología [Internet]. 2011 [Consultado 2 Nov 2022]. Disponible en: http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/electivas/616_psicofarmacologia/material/bases_biologicas_ansiedad1.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=bxddQJhZF94