La esquizofrenia es un trastorno cerebral grave que se caracteriza por presentar distorsiones fundamentales y típicas de la percepción, del pensamiento y de las emociones. Los pacientes que la padecen, pueden escuchar voces que no existen, pensar que otras personas quieren hacerles daño o pueden llegar a no conseguir dar sentido a lo que dicen. El nivel de función está alterado en uno o más campos (ocupacional, interpersonal o autocuidado).
La prevalencia de esta enfermedad se estima que ronda el 1% y se trata de una de las enfermedades mentales más discapacitantes. Los síntomas de la esquizofrenia suelen comenzar entre los 16 y 30 años y la prevalencia en ambos sexos suelen ser similar, aunque los hombres a menudo desarrollan síntomas a una edad más temprana, ente los 15 y los 25 años. Además, los hombres suelen padecer un peor pronóstico y suelen presentar peor respuesta al tratamiento. Por lo general, la esquizofrenia no se desarrolla después de los 45 años.
Hay tres tipos de síntomas:
- Síntomas psicóticos: distorsionan el pensamiento de una persona, incluyendo alucinaciones, delirios, dificultad para organizar los pensamientos y movimientos extraños.
- Síntomas "negativos": dificultad para mostrar emociones y tener una conducta normal. Una persona con esquizofrenia puede parecer deprimida y retraída.
- Síntomas cognitivos: afectan al proceso de pensamiento. Estos incluyen problemas para usar información, la toma de decisiones, y prestar atención.
La causa de la esquizofrenia es desconocida, pero se sabe que tienen gran influencia aspectos ambientales, genéticos y químicos del cerebro, como complicaciones durante el embarazo y el nacimiento, la malnutrición, exposición a toxinas, consumo de drogras...
Los estudios realizados en grupos familiares demuestran que la probabilidad de sufrir la enfermedad es mayor si están afectados otros miembros de su familia, aumentando con la proximidad. La contribución genética a la etiología de la esquizofrenia puede alcanzar hasta el 80% y los estudios de ligamiento genético demostraron que existen varios genes responsables de la susceptibilidad, aunque ninguno responsable de forma aislada.
Según estos estudios, el riesgo es de un 8% para hermanos no gemelos de un paciente con esquizofrenia, un 12% para un hijo de un paciente con la enfermedad, un 12% para un gemelo dicigótico, un 40% para un hijo con dos progenitores que padezcan la enfermedad y un 47% para un gemelo monocigótico.
Cerebro ante esquizofrenia, sacada de: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-pacientes-esquizofrenia-tienen-menos-conexiones-cerebrales-20200114145222.html
La esquizofrenia no tiene cura, pero los medicamentos ayudan a controlar muchos de los síntomas. Es posible que se necesiten probar diferentes medicamentos para ver cuál funciona mejor y cual proporciona unos mejores resultados. Los tratamientos adicionales pueden ayudarle día a día a lidiar con la enfermedad, un ejemplo de estos, son la terapia, educación familiar, la rehabilitación y la capacitación profesional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
2. Enciclopedia Médica A.D.A.M. [Internet]. Johns Creek (GA): Ebix, Inc., A.D.A.M.; ©1997-2020. Esquizofrenia ; [actualizado 16 abr. 2019]; [aprox. 4 p.] [Consultado 27 octubre 2022] Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/schizophrenia.html